La normalización

El sábado estaba en Sevilla con unos amigos, la verdad que desde entonces estoy un poco mosqueada, con la sociedad en general, me preocupa la falta de respeto que se tiene hoy en día hacia las personas; y no sólo eso, el problema es que lo vemos súper normal.

Es cierto que en español particularmente, usamos demasiados insultos y palabras un poco despectivas para llamarnos la atención o para hablar entre personas con un grado suficiente de confianza, pero ¿qué pasa cuando sobrepasamos esos límites de lo que se considera cariño/broma? ¿´Dónde está la línea divisoria entre lo aceptable y lo intolerable?

El caso concreto del que os voy a hablar es el de una pareja que había salido esa noche, él había bebido más de la cuenta; y ella, no sabía qué hacer para pararle los pies. El susodicho tuvo conmigo (que hay que decir que lo conocí ese día) un par de encuentros no muy agradables, porque se creía con el derecho de opinar de lo que ni sabía, ni (por la poca relación que teníamos) podía o debía. A pesar de eso, no quise formar un espectáculo por consideración a los demás.
El señorito, no sólo no estaba de acuerdo, sino que a su novia, no paraba de decirle que era tonta, que no sabía nada, ni se enteraba de nada, que iba a beber lo que le saliera de los cojones y que quién era ella para decirle lo contrario.
Empecé a mosquearme al ver que no tenía reparo y seguía, estando además todos los amigos delante (no digo que en privado esté bien hecho, pero humillar delante de los demás es ya más asqueroso), Luego siguió diciéndole gorda, que si su ex novio era tal y cual y ella no entendía nada de la vida.

Intenté contenerme todo lo que pude, hasta que le dije que si no creía que ya estaba bien, paró en ese momento un poco, pero siguió molestando a la chica toda la noche, hasta el punto de enfadarla y tratarla tan mal que se fue llorando, se acabó su noche y encima seguro que era ella la que se sentía culpable.

¿Hasta dónde pueden llegar a dañar las palabras y no nos damos cuenta?¿Es necesario faltarle el respeto a alguien?

No, jamás hemos de llegar a esos extremos, pero si seguimos viéndolo tan normal, no seremos capaces de diferenciar lo que es una broma de algo muy serio.

Quizás somos nosotros mismos, cuando recibimos esa serie de palabros vertidos sobre nosotros mismos los primeros que no nos damos cuenta y no plantamos cara para que se nos respete, pero sin duda es porque no terminamos de conocer el lenguaje, porque no nos valoramos y porque queremos ver normal lo que nunca podría serlo.

En fin, que me he quedado un poco trastornada con este tema un par de días y quería compartirlo con vosotros, porque seguro que si os fijáis veis más ejemplos de estos de los que imagináis.

Hablemos bien, gracias.