Yo quería felicitar a los padres, a los que sus hijos sienten que son los mejores padres del mundo; y sugerirles que pongan la receta en algún lado, porque quizás les venga bien a otros padres, a los padres a los que me dirijo.
A los padres que jamás lo han sido, no han estado, ni jugado, ni dedicado tiempo a sus hijos.
A los padres que no explicaron dudas, porque estarían haciendo otra cosa mejor.
A los padres que hacen de padres de otro hijos que no son suyos, dejando a los propios como si nada.
A los padres que nunca le ven nada positivo a sus hijos, que solo les recriminan lo malo.
A los padres que se van de su casa y dejan a las madres y los hijos solos.
A los padres que se van de su casa y ni siquiera dejan a sus mujeres e hijos. No los dejan vivir en paz.
A los padres que son hipócritas, que aclaman a sus hijos, pero solo delante de los demás.
A los padres que humillan.
A los padres que nunca supieron lo que es ser padre, se les olvidó, o lo quisieron olvidar.
A todos esos y algún indeseable más, los felicito, porque han ejercido de padres de una manera única. De eso no hay duda. Son únicos, los únicos responsables de que yo hoy escriba esto.
Felicidades y gracias.
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