No puedo pretender pasarme una vida contando días, horas; añorando momentos y vivencias.
No puedo hacer que vuelva todo lo que pasó y me llenó de vida, de felicidad, de ganas.
No puedo sentarme a recordar, a lamentarme, a imaginar qué hubiera sido si...
No puedo anclarme en el pasado, mientras vivo el presente, o no lo vivo.
No puedo hacer tantas cosas, o quizás no debo y no las haré, eso es.
Dejaré de decir no puedo, porque podré hacer cuanto quiera.
Aprenderé a decir no debo, a no imponerme cosas.
Sabré lo que quiero y lo que no es bueno.
Y haré lo que quiera, lo que crea.
Viviré sin ser esclava.
De mí misma.
De ti.
Y podré recordarte si quiero, pero podré no hacerlo también.
Porque tú no estás en mi vida, ya fui capaz de cambiarte.
O quizás no te he cambiado, porque aún estás ahí.
Pero no vas a amenazarme con aparecer más.
Y si se te ocurre, será porque te lo pida.
Cuando necesite enfrentarme a ti.
Para pensar, para asegurarme.
Y tú vendrás a ayudarme.
Y quizás te perdonaré.
Si no lo haces más
Nunca más.
Soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ideas