jueves, 9 de enero de 2014

Juré sufrirte para toda la vida

Te dije que te querría siempre.
Toda la vida; y te mentí.

No fui capaz de hacerlo,
ni siempre, ni nunca.

[No te quise, no fueron verdad,
los abrazos, los besos, las caricias.

Nada sucedió, Nunca fue,
Nunca existió. Nunca pasó.]

Porque mi corazón se quedó
helado, frío, solo.

Tú lo fuiste dejando;
y no sentía, y se apagó.

Mientras tocabas a otras,
perdía el calor, el amor.

Y venías en busca de consuelo,
a que te abriera mis brazos, mi alma.

Lo hacía, no me importaba,
te acogía, te amaba.

Pero se acabó, soy hielo y piedra,
soy poco, pero soy mucho. Todo.

Soy yo; y soy mi dueña.
La única que decide.

Y hoy he decidido, sí;
Y no te aguanto más.

No te querré más, ya no lo hago.
No te sufriré.

Ni a las noches que llegas de madrugada
Ni a las noches que no llegas.

Se acabó.
Te acabaste.

Hoy termina un para siempre.
Hoy comienza un hasta nunca.

5 comentarios:

  1. Me gusta esos dos últimos versos...
    "Hoy termina un para siempre.
    (Trago a una copa de ron)
    Hoy comienza un hasta nunca."

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  2. O de coñac, o de whisky, pero sí, es lo suyo.

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  3. Para siempre es mucho tiempo, tanto como un hasta nunca. Ninguna de las dos cosas suelen ser viables si se tiene la intención de vivir una vida más o menos normal. (A no ser que lo digas al final de tus días, lo que no es el caso)

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  4. Un hasta nunca es totalmente viable. Un para siempre menos, pero vamos qué te voy a contar de escribir, que del dicho al hecho...

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    Respuestas
    1. No se porque lo dices. Yo todo lo que escribo es real. Quizá no en esta vida o este mundo, pero muy real. ; ) (Esto es un muñequito de esos que guillan, en plan maricón. De esas cosas que no debe hacer un tío. Besis.)

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